
El pobre es sin duda el más perjudicado por nuestra manía de hacer celebraciones un tanto especiales. Pero este año nos hemos portado. Nadie ha tenido que pedir el voto y salir en la tele vestido de pato, ser felicitado por Carmen de Mairena, volar por primera vez y en un ultraligero, participar en un musical de la Sirenita, seducir a las camareras de la universidad o viajar en el tiempo para ser la sexy Marilyn Monroe.
Nos hacemos viejos y este año hemos preferido subir a la montaña, encender un buen fuego en el hogar y jugar a un versión propia del Trivial, algo más movidito, con más alcohol y más nuestro.
Evidentemente este año tambien lo hicimos el día de tu No-cumpleaños para no romper la tradición.
¡Felicidades campeón!
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