3 de marzo de 2008

¿Dónde está la long tail en política?

Comentario al artículo de Edans:¿Dónde está la long tail en política?


El sector público es una "empresa" que gestiona el 40-60% del PIB. Su ambito de actuación incluye muchísimos campos de actuación. Su "consejo de administración", el Parlamento, difícilmente podría ser gestionado si tuviese 350 consejeros con intereses diversos que además tuviesen que tener conocimiento directo sobre lo que ocurre en todos los departamentos. Habría pues al menos dos problemas principales.

Inestabilidad y ausencia de continuidad en la acción de gobierno. El esfuerzo constante para negociar cada punto de una ley con diversas y cambiantes mayorias que sustraería capacidad de planificar a largo plazo. Se tendería al statu quo ya que siempre es más dificil generar consenso para nuevas propuestas entre muchísimas partes, que unirse para defender la situación actual.

Incapacidad de posicionarse por parte de los parlamentarios. En el sistema actual los parlamentarios (esos que son acusados de apretar el mismo botón) llevan seguimientos de diversas materias en comites donde se maneja información compleja y que permiten generar un debate en busca de apoyos. Sirven de enlace entre los expertos e informes y sus partidos para que estos puedan crear sus propuestas finales que se someterán a votación. En un modelo de "long tail" se extendería a toda la clase política el problema que tienen los partidos "pequeños" que han de centrar su esfuerzo en unos pocos temas renunciando a influir en las propuestas de los asuntos a cuyos comites no pueden asistir.

Por último puntualizar que el bipartidismo actual es más una opción de los españoles que una imposición de la Ley Electoral. Para defender esto me baso en la simple razón de que si la voluntad política fuese la del bipartidismo se tendría una LE con 350 circunscripciones con atribución a doble vuelta y mayoría absoluta (modelo francés y británico) que barrería a IU y limitaría los nacionalistas a aquellos pocos enclaves donde consiguiesen ser la fuerza más votada.
Por el contrario la circunscripción única (que ya se usa en las elecciones europeas) sería más plural a costa de borrar del mapa político los intereses de todos aquellos que no viván en las grandes areas metropolitanas. Si lo que se busca es que en ese ámbito se tomen medidas más plurales bastaría con dotar de más poder a los grandes municipios, donde no habría distorsión con la circunscripción única por tener distribuciones homogéneas de densidad.

La actual LE es pues un compromiso entre ambas que busca dar la posibilidad de que existan mayorías de gobierno compensadas por la viabilidad de partidos regionales y teniendo en cuenta las variaciones densidad en la distribución de los votantes a lo largo del territorio. Lo cual no quiere decir que no quepa la posibilidad de modificarla.

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